Burma: A Nation at the Crossroads

(c) Ofelia de Pablo/Javier Zurita. All rights reserved

Activista birmana en Rangoon levanta desafiante su pancarta denunciando el expolio y la contaminación por las minas de cobre que los chinos, de acuerdo con el gobierno, quieren explotar en su país. Cientos de personas fueron rociadas con Napalm por manifestarse contra el expolio.

Bajo el icono de Aung San Suu Kyi numerosos hombres y mujeres birmanos se juegan la vida cada día por defender los Derechos Humanos en un país que bajo el escaparate de una ‘nueva’ democracia esconde aun terribles violaciones de derechos humanos.

(c) Ofelia de Pablo/Javier Zurita. All rights reserved

“Me torturaon al igual que a mis compañeras de celda, estuve detenida tan solo por apoyar a Aung San Suu Kyi”  Phyu Phyu Thin, diputada del partido de la National League of Democracy “Ahora estoy en el Parlamento, soy diputada, nuestra voz en lucha por la democracia tiene que ser escuchada” “

Nosotros llegamos a Rangón unas horas después de la partida, el climax festivo era total, parecía que por fin se avanzaba hace una verdadera democracia.

Salimos a la calle y encontramos una manifestación. Algo insólito en este país donde, hasta hace poco, por escuchar la BBC en un transistor podías ir a prisión. Pero tras la aparente libertad de expresión que mostraban sus pancartas se escondía el dolor y la rabia porque tan solo unas horas después de que Obama dejara su país el ejército sacó fósforo blanco para quemar a los manifestantes.

Monjes y civiles acampados en una villa del norte del país dormían frente a las barricadas militares en protesta por el robo de la tierra a los campesinos y la contaminación mediomabeintal que supondrán las minas de cobre que el gobierno ha negociado explotar junto a los chinos. Los militares aramados con Napalm lo arrojaron a civiles indefensos. La primera línea eran los monjes. Las imágenes de su piel quemada por artefactos que no se veían hace años en estas tierras volvía a asustar a los birmanos.

Este es el principio de nuestro recorrido por una tierra de lucha que aun llora por su falta de libertad

(c) Ofelia de Pablo/Javier Zurita. All rights reserved

“Llevo diez años en la lucha por la democracia. Ahora es el momento. Juntos podemos lograr que en nuestro país se termine con la violación sistemática a los Derechos Humanos. Ya no tenemos miedo” Myint Myint Aye.

One Comment